Se trata de una especialidad de la psicología, que se centra en los problemas de la infancia y la adolescencia. Generalmente son los padres o la escuela los que identifican que al niño le sucede algo y solicitan ayuda de un psicólogo infanto-juvenil.
Los síntomas observados en los menores pueden originar problemas de adaptación importantes, por lo que es recomendable solicitar una evaluación con un especialista en psicología infanto-juvenil una vez se detecten.No todos los síntomas que presente el niño son evidencia de un trastorno mental. En algunas ocasiones, son suficientes unas sesiones para entender el problema y buscar estrategias para solucionarlo. Sin embargo, existen otros casos que requieren una intervención más continuada y/o establecer un diagnóstico clínico.
En cualquier caso, es necesario que ante la presencia de síntomas en el menor, un profesional especializado en salud mental infanto-juvenil realice la evaluación del caso, y a partir de esa información diseñe un programa individualizado de intervención, que se vaya revisando periódicamente.
El objetivo general de cualquier programa de intervención psicológico es el de proporcionar las estrategias adecuadas para ayudar tanto al menor como a su entorno (padres, familia, escuela, amigos, etc.) a superar las dificultades y lograr un mayor bienestar en su vida.
• Intervención individual
Se tratan todos los problemas que pueden surgir en la vida del/la niñx desde la etapa preescolar hasta la adolescencia.
• Grupos de habilidades sociales
¿En qué consisten los grupos de habilidades sociales?
Las habilidades sociales son las capacidades que desarrollan las personas para relacionarse. Incluyen desde comportamientos muy básicos como escuchar, compartir intereses o respetar a los demás, hasta habilidades más complejas como la comunicación asertiva, resolución de conflictos o decir que no cuando se está en desacuerdo. Los déficits en dichas habilidades se han relacionado con el desarrollo de baja autoestima, problemas de conducta y dificultades académicas.
Debido a que las habilidades sociales se adquieren principalmente a través del aprendizaje, los grupos de habilidades sociales ofrecen un entorno ideal para que los niños puedan mejor sus habilidades sociales a través de la información proporcionada en el grupo, la observación e imitación de los compañeros y el ensayo in situ de nuevas habilidades sociales.
¿En qué casos es útil incluir a un niño en un grupo de habilidades sociales?
• Se muestra excesivamente inhibido.
• Le cuesta expresar sus preferencias y no defiende sus derechos.
• Muestra dificultades en la comunicación (por ejemplo no respeta los turnos de palabra y le cuesta iniciar o mantener una conversación).
• No sabe cómo incluirse en los grupos de otros niños, de forma que suele acabar aislándose.
• Los compañeros le molestan y se siente intimidado en algunas ocasiones.
• Prefiere estar con niños más pequeños, que con los de su edad.
• A menudo discute o agrede a otros, especialmente tras una frustración.
• Busca la atención de los demás de forma inadecuada.
• Tiene problemas de relación con los adultos (profesores, padres u otras personas).
Los grupos de habilidades sociales, se componen teniendo en cuenta que los niños compartan características como tipo de problemas, edad, intereses personales, objetivos terapéuticos y disponibilidad.
• Apoyo e intervención en el hogar
En muchas ocasiones surgen en el día a día situaciones que difícilmente se pueden abordar en un contexto clínico, por lo que también actuamos en contextos naturales (casa, parque, supermercado, centro escolar…).
Por ello, valoramos el contexto familiar, intervenimos de forma directa e inmediata en el necesidad y, si es necesario, adaptamos el contexto familiar a los objetivos del tratamiento.
